BOLETÍN GFLAC
FEBRERO 2015
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Trabajando para promover la transparencia, la rendición de cuentas, la participación social y la inclusión de criterios de derechos humanos, igualdad de género y sustentabilidad dentro de la arquitectura financiera para la lucha contra el cambio climático a nivel nacional, regional e internacional.
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A R R A N C A M O S
el camino hacia

EVENTOS RELEVANTES 

Reunión del Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban para una Acción Reforzada, conocida también como ADP 2.8
8 – 13 de febrero, Ginebra, Suiza

En 2011, en el marco de la COP17, se estableció un Grupo de Trabajo Especial  sobre la Plataforma de Durban para una Acción Reforzada – (ADP, por sus siglas en inglés) con el objetivo de “elaborar un Protocolo, otro instrumento jurídico o una conclusión acordada con fuerza legal en el marco de la Convención, que sea aplicable por todas las Partes, acordado en la COP21 en París y que entrará en vigor en 2020” (UNFCCC, 2012a).

En la primera reunión de la primera sesión de la ADP, celebrada en Bonn en mayo de 2012, la labor de la ADP se dividió en dos líneas de trabajo: 

 
  1. Aspectos relacionados con las negociaciones del nuevo régimen, las cuales se espera que concluyan en la 21° Reunión de la Conferencia de las Partes en París, en diciembre de 2015 y que se espera entren en vigor a partir de 2020. Estos elementos incluyen mitigación, adaptación, financiamiento y medios de implementación, transparencia y cumplimiento entre otros aspectos.
  2. Acción reforzada frente al cambio climático previo al año 2020 y que incluye el escalamiento del nivel de ambición en materia de mitigación para cerrar la brecha existente previo al 2020, así como la movilización de recursos técnicos y financieros para tal fin.
Descarga los documentos informativos de la ADP de 2012 a 2014
A principios de febrero del 2014, tras la celebración de la COP20 ocurrida en Lima, Perú, Ginebra, Suiza reunió a negociadores de los 194 países miembros de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) , con el objetivo principal de debatir el borrador del texto surgido de la COP20, el cual deberá convertirse en el Acuerdo Global contra el cambio climático en la próxima reunión de las Partes de París en diciembre de 2015. Más de 1300 participantes asistieron a las sesiones en representación de gobiernos, organizaciones observadoras y medios comunicación.
Texto resultante de las negociaciones en Ginebra

El trabajo formal y las futuras negociaciones sobre este mismo texto continuarán en Bonn, Alemania en las siguientes fechas:  

3 – 14 junio

31 de agosto a 4 de septiembre

19 al 23 de octubre 

V I D E O C O N F E R E N C I A 

La mañana del 13 de febrero, Tania Guillén, del Centro Humboldt; Marcela Jaramillo, de E3G; y Sandra Guzmán, del Grupo de Financiamiento para América Latina y el Caribe (GFLAC), charlaron sobre las implicaciones para América Latina de las negociaciones en Ginebra en una videoconferencia organizada por Climate Action Network Latinoamérica. 
Sandra Guzmán, de GFLAC, enfatizó elmentos positivos resultantes de la reunión de Ginebra como el “Geneva Pledge” o compromiso de Ginebra sobre derechos humanos, aspecto que ha sido impulsado por varios países. Tania Guillén, de Centro Humboldt, habló sobre  el tema de adaptación en las regiones que más han sido afectadas por el cambio climático.  Por su parte, Marcela Jaramillo señaló que el Texto surgido en Ginebra se ha extendido y recoge muchas visiones de las diferentes partes. 


Estos temas fueron ampliamente desarrollados en un seminario en línea realizado algunos días después: 

La Primera Parada en el Camino a París 2015: Análisis de la sesión de Ginebra

Giovanna Valverde, Oficial de Cambio Climático del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica y vocera de la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC); Sandra Guzmán, Coordinadora General del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC); Tania Guillén, Facilitadora para Latinoamérica del programa Voces del Sur – SUSWATCH; María José Veramendi, Abogada Senior de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), y Mónica Araya, Directora Ejecutiva de Nivela; se dieron cita este 25 de febrero a las 11:00 de la mañana para ofrecernos sus puntos de vista con respecto al complejo y sinuoso camino hacia el logro efectivo de un Acuerdo Climático Global, el cual se encuentra en proceso de definición tras lo acordado en la Conferencia de las Partes de Lima, Perú (COP20) y en las recientes negociaciones celebradas en Ginebra, Suiza.
Con 235 registrados, e l seminario abarcó 4 temas fundamentales:
  • Perspectiva gubernamental de las negociaciones
  • Financiamiento
  • Adaptación
  • Derechos humanos
 
Giovanna Valverde comenzó hablando sobre AILAC , y la importancia para esta organización de incorporar los INDC como tema prioritario. La especialista considera que uno de los puntos más importantes en las negociaciones tanto en la COP20 como en Ginebra, fue el haber logrado que se considerara el tema de adaptación como un concepto que los países pueden incluir en sus INDC: “todos los elementos tienen que estar en el mismo nivel y tener paridad política.” Valverde expresó que el aumento del número de páginas del texto de negociación (de 39 a 86),  fue impulsado por la voluntad de las partes, quienes insertaron temas prioritarios para sus países.  Concluyó su participación diciendo que la “forma legal” es un tema prioritario y que la gran mayoría de las partes desean que el Acuerdo sea legalmente vinculante y confía en que este “tema vital” se logre destrabar en la reunión de julio, en Bonn.

Posteriormente, Sandra Guzmán habló sobre los resultados en Ginebra en materia de financiamiento, con énfasis en dos puntos: 1) Forma en la que se trabaja el tema y 2) el fondo, es decir, cuáles son los elementos que debieran estar reflejados en el Acuerdo con visión hacia el futuro. El texto aumentó de 5 a 16 páginas en temas de financiamiento, lo cual genera un marco complejo para la negociación.  Su preocupación principal se centra en cuál va a ser la gobernanza que va a regir una arquitectura financiera integral y, sobre todo,  coherente.  Otro de los temas prioritarios para Sandra Guzmán es el del escalamiento de recursos. Cómo se logra aumentar el flujo de fondos; que los países vayan más allá de los compromisos previos, pues algunos estudios indican que actualmente se necesitan alrededor de 300,000 millones de dólares para hacer frente al cambio climático. Según la investigadora, esto tiene que ver con el tema de diferenciación: “cómo abrimos la puerta para que otros países con la capacidad de aportar, lo hagan”.  Cada país debe identificar cuál es su capacidad de contribución.

Por su parte, Tania Guillén habló sobre la importancia del tema de adaptación,  el cual está llegando a ser un tema considerado igual de importante que el de mitigación, lo cual se refleja en el aumento de las páginas (de 5 a 13), incluyendo el tema de pérdidas y daños; así como la inclusión en la negociación de principios fundamentales: derechos humanos, género, seguridad alimentaria, etc. 

La abogada peruana María José Veramendi,  charló sobre la necesidad de incorporar en las negociaciones el impacto a los derechos humanos relacionado directamente con cambio climático; sobre cómo se pueden violar los derechos humanos con acciones y/o medidas implementadas para adaptar o mitigar.  Para Veramendi, de los avances más importantes obtenidos en Ginebra fue el de incorporar el tema de los derechos humanos  no sólo en el preámbulo sino en el lenguaje operativo del texto.  Según la investigadora, este es el elemento esencial para que los estados respeten, protejan y cumplan con los derechos humanos. 
RONDA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS
  1. ¿Cómo es que se va a dar el proceso de “streamlining” (simplificación de los procesos)? ¿Se acordó algo al respecto? ¿Cómo explicarle a la sociedad civil ese proceso de simplificación?
Giovanna: No se llegó a un acuerdo sobre cómo se hará el streamlining.   Se deben eliminar redundancias en la forma. La idea era comenzar con eso en Ginebra, pero no se dio ese tipo de trabajo, pues fueron “más inclusivos que reductivos”. El próximo paso, es el streamlining.
 
  1. ¿Cómo se podría definir el desafío más grande en términos de financiamiento climático de aquí a París?
Sandra: 1) Alcanzar un flujo de financiamiento suficiente y predecible para combatir el cambio climático. No es sólo tener más sino garantizar que ese dinero sea implementado en acciones que reduzcan emisiones y vulnerabilidad. 2) Tener mecanismos de medición reporte y verificación para mayor transparencia y que se incluyan medidas y criterios de efectividad y 3) el reto mayúsculo se encuentra en lograr el apalancamiento de los recursos: no sólo depender del flujo de recursos de países desarrollados, sino trabajar a nivel nacional para que nuestros países empiecen a invertir recursos públicos y reducir la brecha entre lo que necesitamos y tenemos y lograr así una cobertura comprensiva para combatir el cambio climático.
  1. ¿Cuáles son los temas más controversiales en cuanto a adaptación?
Tania: El tema de mecanismos de pérdidas y daños sí se está presentando como controversial. Fue uno de los mayores obstáculos en Lima. Hay países que están totalmente en contra de que este mecanismo esté basado en la compensación o para dar financiamiento.  Para pasar a la acción,  se deben de evaluar los daños de los países expuestos a eventos de cambio climático. El reto es ver la manera de que quede el mecanismo de pérdidas y daños anclado para que este elemento no sea el que interrumpa la aprobación del Acuerdo.
  1. ¿Existen algunos casos positivos donde se haya tomado en cuenta la interacción entre derechos humanos y cambio climático?
María José: El avance es positivo: hay una inclusión del lenguaje en materia de derechos humanos  no sólo en la parte del preámbulo,  sino en la operativa; que es la única forma en la que los estados pueden respetar,  garantizar, promover y cumplir con los derechos humanos. El reto es  que este lenguaje pueda permanecer en el Acuerdo.
  1. ¿Creen realmente que se podrá llegar a un Acuerdo en París? ¿Será este producto de un proceso de trabajo debido o el resultado de algo que se acuerde de último momento?
Sandra: Tenemos que pensar más estructuralmente. Es un reto muy grande por las implicaciones políticas. Si logramos que los países identifiquen las acciones para combatir el problema y los compromisos que pueden adquirir, eso ayudará a que los países y midan sus capacidades para hacer frente al problema sin miedo. Va a ser difícil llegar a un acuerdo ambicioso, pero sí se puede hacer un acuerdo en el que se logren establecer más concretamente las acciones. Hacemos un llamado a que las organizaciones y personas realicen acciones a nivel nacional que impulsen a nuestros países para involucrarse más.
Tania: Este es un año intenso, por la agenda post 2015. Hemos observado que el proceso ha ido perdiendo su carácter de obligatoriedad. P.ej: pasamos de hablar de compromiso y acuerdo vinculante a hablar de contribuciones. Debemos reforzar el tema de la Convención y no seguir la vía de los compromisos a que estamos sujetos. El riesgo es que no se llegue a un Acuerdo en el tema de la diferenciación: responsabilidades comunes pero diferenciadas. Una propuesta podría ser realizar el Acuerdo con vigencia o revisión cada 5 año para actualizar compromisos y contribuciones.
María José: Queremos un acuerdo ambicioso. Que se mantenga el lenguaje operativo y que cada vez más los países asuman e interioricen la relación entre derechos humanos y cambio climático para manifestarse a favor de la inclusión y permanencia del texto en el Acuerdo. 
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DESCARGA LAS PRESENTACIONES (Portal de AIDA)

A R T Í C U L O  


Rumbo a París: Ginebra la primera parada.
Elementos clave y perspectivas para la acción en materia de adaptación y financiamiento climático.
 
Por: Sandra Guzmán, Marcela Jaramillo y Tania Guillén
 
La primera reunión inter - sesional del año, celebrada en Ginebra, Suiza del 8 al 13 de febrero retomó los documentos resultantes de la COP20 celebrada en Lima, Perú en diciembre pasado. Tales documentos son la “Llamada de Lima para la Acción Climática” la cual iba acompañada por un Anexo inacabado considerado como la base del borrador del nuevo Acuerdo climático a ser adoptado en la COP 21.
 
En esta reunión los países y grupos de países tuvieron la oportunidad de integrar todos los elementos que quieren ver reflejados en el texto del Acuerdo a firmarse en París en diciembre de 2015. Dicha integración ensanchó el texto a 83 páginas, pero aseguró la confianza de todas las partes en respaldarlo. Se espera que el texto no sea reabierto, para evitar así su extensión, y permitir que el trabajo por venir se enfoque en su “racionalización”, lo que realmente significa empezar a “negociar”.
 
La labor no es menor y el reto para los países será el de velar por que el texto refleje de manera armónica las necesidades de las partes, identificando aquellos elementos que deben ser parte crítica de un acuerdo efectivo y aprovechar los espacios de diálogo para avanzar en esto de la manera más ágil posible. Dos piezas que son parte fundamental de la discusión  y que deberán ser reflejadas en el Acuerdo apropiadamente son: la adaptación y el financiamiento climático.
 
Financiamiento Climático
En el tema de financiamiento, piedra angular del Acuerdo, pero también punto de quiebre entre las partes, se resaltan aspectos de forma y de fondo. En la forma es necesario resaltar que el texto aumentó a 26 páginas siendo el de mayor extensión hasta ahora, contando con una serie de propuestas que si bien abonan a la discusión, muchas de ellas son repetitivas. Sin embargo, resaltando aspectos de fondo, el texto incluye temas relevantes como los principios guías, los arreglos institucionales y la gobernanza de la arquitectura financiera, así como la necesidad de proveer financiamiento para las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en proporciones equivalentes. Además, cubre aspectos en materia de fuentes y escalamiento de recursos para alcanzar las metas de financiamiento que deben partir de lo acordado en Copenhague sobre los 100 mil millones de USD anuales a partir de 2020, pero que deben ir mucho más allá considerando que la cifra no alcanza para atacar el problema de fondo. Otros elementos que se incluyen, aunque de manera menos enfática, son temas como el |de transparencia y mecanismos de medición, reporte y verificación del financiamiento.
 
Es de resaltar la integración de un lenguaje que invita a que no sean sólo los países desarrollados los que brinden recursos, sino también aquellos países “en capacidad de hacerlo”, innovando así la discusión y trayendo a la mesa la importancia de que todos los países participen con base en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas de acuerdo a las respectivas capacidades –esta última parte usualmente olvidada por la mayoría de países-. De igual forma se integra la necesidad de que el financiamiento sea manejado de acuerdo a las prioridades de los países receptores  y no a la de los proveedores de financiamiento, y que éste realmente atienda las necesidades que deben estar enmarcadas a la transición hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima.
 
Otro aspecto referido a financiamiento, es la necesaria participación de más fuentes, incluyendo las innovadoras y las provenientes del sector privado. El texto incluye también referencias a la necesidad de trabajar para asegurar que todos los flujos de financiamiento sean alineados con el objetivo de limitar el incremento de temperatura global y la construcción de resiliencia al clima, ofreciendo una visión para los cambios que se deben generar desde ya y en el largo plazo.
 
El texto de financiamiento por tanto arroja opciones óptimas que de ser bien abordadas pueden dar buenos insumos al Acuerdo. Por ello se espera que los países no olviden que en el proceso de limpieza o racionalización del Acuerdo se deben resaltar al menos una decena de elementos:
 
  1. Mandato para que los países desarrollados cumplan con sus responsabilidades en la provisión de financiamiento para el clima y el reconocimiento de que los países en desarrollo con capacidad de hacerlo contribuyan con el mismo;
  2. Señalar que la movilización de la financiación debe ser previsible, suficiente y debe promover la transición hacia un desarrollo de bajas emisiones de carbono y resiliente al clima;
  3. Definición de qué es el financiamiento para el clima y enfatizar que todo financiamiento fluyendo entre países debe tener criterios climáticos para evitar inversiones contrarias a la solución del problema;
  4. Enfatizar que el financiamiento debe incentivar la inversión en políticas, normas, programas de acción, conciencia pública, participación pública y otras actividades que ayuden a los países a redefinir sus acciones de planificación que contemplen de manera integral la atención al cambio climático;
  5. Garantizar un reparto equilibrado entre el financiamiento para las acciones de mitigación y adaptación, reconociendo la necesidad urgente de aumentar la asignación de recursos en medidas de adaptación históricamente rezagadas;
  6. Respetar que la financiación climática debe ser dirigida por el país receptor y no por los donantes;
  7. Delinear el camino para ampliar los recursos de financiamiento para el clima, teniendo como base el compromiso de los 100 mil millones de dólares anuales a partir del 2020, pero estableciendo un escenario de mediano y largo plazo que vaya más allá de esta cifra;
  8. Adoptar un marco de transparencia y rendición de cuentas para el financiamiento, garantizando la creación de mecanismos para medir, reportar y verificar la asignación y el uso de los recursos;
  9. Fomentar la colaboración entre los países en desarrollo y el aumento de la cooperación Sur -Sur amigable con el clima e igualmente transparente. Además de complementaria al financiamiento que es obligación de las países desarrollados;
  10. Fomentar la participación de fuentes innovadoras y privadas igualmente sujetas a reglas de transparencia y responsabilidad en el uso de dichos recursos.
 
Esto desde luego es adicional a la necesidad de que los países incluyan dentro de sus contribuciones nacionalmente determinadas (INDCs por sus siglas en inglés) aspectos relacionados con los medios de implementación como son precisamente necesidades y compromisos de financiamiento climático.
 
Adaptación
 
En el caso de adaptación, enfoque de suma importancia, principalmente para los países en desarrollo, se destaca que en Ginebra hubo una reafirmación sobre la necesidad de que debe de ser abordada de manera equilibrada con mitigación.  En el Anexo de avance de Lima, el tema de adaptación estaba presentado en cinco páginas; después de esta sesión, se presenta en trece.
 
Debe destacarse, que las propuestas presentadas no difieren mucho de lo obtenido previo a Ginebra, pero éstas son más estructuradas y claras. Como ejemplo de ello se pueden mencionar propuestas para la inclusión de principios en los que la adaptación debe basarse, tales como: derechos humanos, género, adaptación basada en ecosistemas y comunidades, reducción de la vulnerabilidad y construcción de resiliencia, seguridad alimentaria, entre otros. Durante las sesiones, se discutió sobre si estos principios debían quedar en la sección de adaptación o ir en las secciones de preámbulo u objetivos. Así mismo, se hace notar la importancia de la planificación e implementación de la adaptación, basándose en información e investigaciones científicas, de manera que se garantice la efectividad de las medidas.
 
La meta global de adaptación está entre los aspectos que deben ser mejor definidos en las próximas sesiones y que se encuentra entre las propuestas presentadas. Debe aclararse si este sería un objetivo cuantitativo (¿Cómo medirlo?) o cualitativo, o una mezcla de ambos. Quizá estos aspectos detallados podrían definirse posterior al Acuerdo, pero la referencia a la meta global de adaptación debería quedar incluida para lograr visibilizar adaptación a la par de mitigación.
 
Así mismo, se está haciendo mayor énfasis en el continuum entre mitigación, adaptación y pérdidas y daños; es decir, a medida que más mitiguemos, habrá menor necesidad de adaptarse o la adaptación será a escenarios menos drásticos, lo que a su vez resulta en menor cantidad de pérdidas y daños. También se dieron planteamientos sobre los INDC referidos a adaptación y sobre comunicaciones nacionales que incluyan adaptación.
 
Propuestas sobre pérdidas y daños, enfoque muchas veces tratado bajo adaptación, también fueron presentadas. En Ginebra hubo propuestas de mantener pérdidas y daños bajo adaptación, o de convertirlo en un nuevo elemento (al mismo nivel que adaptación y mitigación) y también omisiones o silencios totales sobre este tema. Entre las nuevas propuestas, también debe mencionarse que se presentaron alternativas relacionadas a los arreglos institucionales para la implementación de pérdidas y daños en los distintos países.
 
En diciembre pasado, en Lima, se confirmó que la integración o no de pérdidas y daños puede ser una “línea roja” para alcanzar el Acuerdo climático. Las discusiones no se centran solamente en cuanto a si incluir o no y en qué nivel de importancia, sino también al objetivo mismo de este enfoque. Por ejemplo, hay grupos de países que se niegan rotundamente a que cuando se hable de pérdidas y daños se dé a entender directamente “compensación” y/o “financiamiento”, mientras que para otros grupos, parte crucial del enfoque son precisamente esos dos elementos.
 
En cuanto a adaptación y pérdidas y daños, lo que el nuevo Acuerdo climático debe incluir es:
  • Pérdidas y daños como un pilar separado de adaptación
  • Un lenguaje claro y fuerte en cuanto a los aspectos institucionales relacionados a los dos temas (incluido financiamiento y medios de implementación)
  • Inclusión de una meta global de adaptación, tanto cualitativa como cuantitativa que sirva para fortalecer el trabajo y planificación nacional y local.
Hacia la siguiente parada
De manera general se puede concluir que en Ginebra avanzamos con esperanza, sin embargo es claro que por delante queda un arduo trabajo para avanzar con paso firme hacia París. Se espera que las reuniones ministeriales, a ser promovidas por el gobierno de Francia, otros espacios de diálogo informales y la próxima inter - sesional a celebrarse en Bonn, sirvan como espacios para que los países y grupos de países aclaren sus posicionamientos. No sería adecuado que el texto actual sea reabierto, ya que esto implicaría mayor dilatación del proceso de negociaciones; por el contrario, se espera que estos espacios faciliten el avance hacia una versión borrador “final”, es decir, ya “limpia” del acuerdo a adoptarse en la COP 21, la cual recoja aspectos claves y que resulten en un Acuerdo efectivo y ambicioso. 
LAS FRASES SOBRE GINEBRA

"Somos parte de un mismo equipo, esto no es una competencia entre nosotros, somos un solo equipo para un planeta."

Manuel Pulgar Vidal. Ministro del medio Ambiente de Perú y presidente de la COP20 de Lima.  

"Lo que se persigue es establecer un proceso de revisión transparente, dotado de instrumentos para hacer un seguimiento de que lo que dicen los países se hace, de que lo que hacen es adecuado de cara a lo que se necesita y de que si hay oportunidad de hacer más se les pueda reclamar que hagan más.”

 

Teresa Ribera, portavoz del Instituto del Desarrollo Durable y las Relaciones Internacionales (IDDRI). 

“Ahora tenemos un texto formal para la negociación, que contiene las perspectivas y preocupaciones de todos los países. El borrador de Lima ha sido transformado en el texto de negociación y es ahora de propiedad plena de todos los países.”

Christiana Figueres, secretaria de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático 
"Los presidentes del comité de negociación merecen ser reconocidos…lograron direccionar las negociaciones de tal forma que los países se apropiaron del contenido del borrador… Pero todavía les falta abordar lo difícil: los temas políticamente complejos y decisivos para la negociación aún no han sido resueltos.  Los negociadores tienen la enorme tarea de superar los asuntos polémicos y llegar a un acuerdo climático ambicioso, basado en la ciencia y la equidad, en las dos sesiones de negociación antes de la Cumbre en París”.

Tasneem Essop, jefe de la delegación de WWF para la Convención Marco de Cambio Climático. 
*Infografía obtenida de Conexión COP
 
La próxima parada es el 31 de marzo, día en que los países presentarán sus contribuciones nacionales determinadas (INDC, por sus siglas en inglés) con las que cada uno espera hacer frente al cambio climático. En estas contribuciones cada país debe reportar sus compromisos en materia de reducción de emisiones y también sus aportes para adaptación y su propuesta de financiación. 

¿Qué son las contribuciones nacionales determinadas (INDC)? 

Las llamadas Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC por sus siglas en inglés) fueron introducidas en la 19ª Conferencia de las Partes (COP 19) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), celebrada en Varsovia en 2013. Su cometido es registrar los compromisos de todos los países, particularmente las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en un acuerdo global para todas las Partes. Puede ser a través de la mitigación, adaptación, financiación, desarrollo de capacidades, transferencia o apoyo en  materia tecnológica. 
Para profundizar sobre las INDC

A R T Í C U L O

 
“La participación ciudadana es clave para el éxito del Acuerdo Climático en París”
 
Por: Sandra Guzmán

*Artículo originalmente publicado en el portal de Nivela
La COP20, como otras Conferencias de las Partes, sigue sin ofrecer al mundo las decisiones y metas ambiciosas que necesitamos para combatir el cambio climático y sus ya costosos impactos ambientales y sociales. Diversos análisis señalan la ineficiencia de lo alcanzado en la denominada Plataforma de Durban, ahora titulada “Llamado de Lima para la Acción Climática”, subrayando que a pesar de ser la base del acuerdo que los países habrán de firmar en diciembre de 2015 en la COP21, no presenta una visión integral, sino una serie de insumos inacabados cuyo trabajo durante 2015 será sumamente complejo.

Lo positivo de lo alcanzado en la Plataforma de Durban es que se llama a integrar de manera equilibrada un protocolo o instrumento legal que contenga elementos sobre mitigación, adaptación, financiamiento y transferencia de tecnología, así como la creación de capacidades y la transparencia en las medidas y en la prestación de apoyo. Dicho acuerdo será aplicable a todas las partes, reforzando así el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas, sin dejar de tomar en cuenta las circunstancias nacionales como elementos importantes. Esta es la base de la discusión sobre diferenciación que tuvo lugar durante la reunión y que, aunque no concluyó en Lima, podría cambiar el rumbo de las negociaciones a partir de este llamado genérico a la acción. Aunque no de manera expresa, se pide la colaboración de países con capacidad de hacerlo, no sólo de los países desarrollados tradicionales del Anexo I de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, CMNUCC.

No obstante lo anterior, hay numerosos aspectos que debilitan el acuerdo. Uno de los más importantes es que pese a que se reconoce la brecha que existe entre la necesidad de reducir emisiones y las medidas de mitigación tomadas hasta la fecha, el “Llamado de Lima” no exige con firmeza la reducción rápida y urgente de emisiones, ni mucho menos fija metas específicas que deban alcanzarse con las contribuciones de los países.

En este sentido, es urgente que los países redefinan a nivel nacional las acciones que pondrán en marcha para abordar el problema climático, y es aquí donde las denominadas contribuciones determinadas a escala nacional (INDCs por sus siglas en inglés) desempeñan un papel fundamental para crear un ambiente propicio para el éxito de las negociaciones de París, lo que exigirá una amplia participación de actores.

Contribuciones determinadas a escala nacional y participación ciudadana

Tras intensas negociaciones, el “Llamado de Lima” integra elementos sobre los aspectos que las INDCs deben presentar. Si bien las indicaciones y los elementos no son claros, así como no son del todo claros su alcance ni su relación con el futuro acuerdo que debe firmarse, suponen una oportunidad para que los países identifiquen a nivel nacional cuáles son las acciones y los objetivos adecuados para combatir el cambio climático, así como un posible medio para identificar las necesidades que surgen para alcanzar dichos objetivos. El debate sobre los elementos que se deben integrar no tuvo resultados concluyentes, pero el texto del “Llamado de Lima” indica que las INDCs desarrollarán medidas de adaptación y medidas para estimar y contabilizar emisiones, para lo cual los países deberán exponer con claridad las metodologías y las criterios utilizados para presentar dichas medidas, demostrando la relación de éstas con el cumplimiento de los objetivos de la Convención(Art.14); sin embargo, el documento no menciona la inclusión de medios para la aplicación de tales medidas, como son el financiamiento y la transferencia de tecnología, sin los cuales será difícil cumplir ninguno de los objetivos, por lo que los países tendrán que incluir más adelante dichos elementos si quieren que las INDCs tengan un valor agregado.

Más importante aún es discutir cómo y quién desarrollará estas INDCs. Siendo una oportunidad nacional para enfrentar el problema, es fundamental que los gobiernos abran una discusión con múltiples actores para discutir el alcance y los elementos que deben incluir dichas contribuciones. De no hacerlo, los países repetirán el acto miope de omitir las voces que ya están haciendo frente al problema. Las INDCs deben verse como una oportunidad para establecer un debate nacional amplio e integral, con actores de los diversos sectores. Los veinte años de negociación han demostrado que la actuación de los estados nacionales no basta, sino que es la suma de esfuerzos lo que realmente puede marcar la diferencia. En América latina sólo Chile a sido capaz de abrir una consulta pública sobre el tema, mientras que otros países que se definen asimismo como inclusivos en la toma de decisiones, como es el caso de México, recién lo harán, mientras que el resto permanecen en silencio. Recordemos que no sólo se trata de abrir a consulta sino de incluir realmente las aportaciones presentadas en las mismas.

La presentación concisa e integral de las INDCs sentará las bases y sobre todo creará un ambiente propicio para llegar a un acuerdo global. De la claridad y ambición de las INDCs dependerá la voluntad de las partes para firmarlo, y de esta voluntad dependerá la ejecución nacional de cualquier acuerdo que vaya a firmarse. Los países con capacidad de hacerlo presentarán sus contribuciones en marzo de 2015, para lo cual ya se ha creado un portal, mientras que en Lima se abrió una ventana de oportunidad para que otros países puedan hacerlo hasta octubre de 2015, lo que si bien marca un periodo de flexibilización también es cierto que añade mucha presión al acuerdo de París, pues habrá poco tiempo para digerir esta información y generar un ambiente adecuado para la firma de un acuerdo ambicioso.
No es sólo un problema “ambiental”Los países de América Latina y en general los países del mundo tienen una oportunidad importante para tratar el cambio climático de manera integral a múltiples niveles, una característica necesaria para abordar el cambio climático. Recordemos que este problema no es sólo un problema ambiental, sino también económico y social.

Ya Nicholas Stern señalaba que el cambio climático es la mayor falla del mercado, además de otros estudiosos del tema como Mickwitz et al, que en su estudio sobre integración política climática afirman que la atención al cambio climático dependerá de la participación activa de todos los actores que desempeñan una función en la generación y la atención del problema.

Para concluir, si no queremos fracasar nuevamente en la COP21 y cometer los errores de la COP15 celebrada en Copenhague y considerada por diversos actores gubernamentales y sociales el mayor fracaso del proceso climático, es necesario poner en marcha una elaboración integral de contribuciones nacionales que puedan crear un ambiente propicio para la cooperación, y que incluyan aspectos tanto de mitigación como de adaptación y de medios para su ejecución, tales como el financiamiento y la transferencia de tecnología. Asimismo es urgente que este proceso se haga en colaboración con otros sectores sociales que conocen y viven la realidad del cambio climático a nivel nacional. De lo contrario, las discusiones seguirán siendo a nivel gubernamental y político y el problema no se resolverá, porque no hay acuerdo que pueda ejecutarse de manera efectiva sin la inclusión de dichos actores.

NOTAS RELEVANTES

ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS: OBSERVADORAS CIF

El pasado 30 de enero se dio a conocer que Centro Humboldt de Nicaragua;  y Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) de Perú, fueron seleccionados como organizaciones observadoras del Programa de Apoyo de la Energía Renovable en el Programa de Países de Bajos Ingresos, y del Programa de Inversión Forestal, respectivamente; ambos parte del Fondo de Inversión Climática.
Los Fondos de Inversión Climática (CIF por sus siglas en inglés) son instrumentos de financiamiento que ayudan a los países en desarrollo a experimentar distintas maneras de transformar sus economías por medio de un desarrollo con bajas emisiones de carbono y con capacidad de adaptación al cambio climático, mediante un incremento del financiamiento encauzado a través de los bancos multilaterales de desarrollo (BMD).
Para entender mejor los programas y el papel que jugarán dichas organizaciones,  platicamos con Tania Guillén, Oficial de Incidencia de Centro Humboldt.  
VE A LA ENTREVISTA CON TANIA GUILLÉN, DANDO CLICK AQUÍ:
PRÓXIMAMENTE PLATICAREMOS CON CECILIA TACUSI-OBLITAS, ESPECIALISTA DEL PROGRAMA ECOSISTEMAS Y DERECHOS, DE LA ORGANIZACIÓN PERUANA "DAR", PARA QUE NOS AMPLÍE LA INFORMACIÓN SOBRE EL PROGRAMA DE INVERSIÓN FORESTAL PARA EL CUAL FUERON SELECCIONADOS COMO OBSERVADORES. 
LA CHARLA SERÁ PUBLICADA EN EL BOLETÍN GFLAC DE MARZO. 
DIFUSIÓN DEL TRABAJO DE LOS MIEMBROS GFLAC:
FORTALECIENDO LA RED

La siguiente sección del Boletín surge de la necesidad de impulsar un medio de difusión de contenido relevante para todas las organizaciones.  La información publicada en esta sección es de responsabilidad exclusiva de quien la emite y no representa necesariamente  la opinión de la Coordinación de GFLAC,  ni la comprometen en forma alguna respecto a su veracidad, vigencia y exactitud. 

Minuta primera reunión consulta pública INDC. Chile.


Por Gabriel Araya
El 20 de enero recién pasado, en dependencias del Ministerio de Relaciones Exteriores, se llevó a cabo la primera de las reuniones del proceso de consulta pública del anteproyecto de la contribución nacional determinada, a ser presentada por Chile, en el marco del acuerdo climático que se negociará en París a finales de este año.
A la cita, presidida por el Ministro del Medio Ambiente, don Pablo Badenier, el Embajador Director General de Asuntos Multilaterales, don Eduardo Gálvez y el Director de Medio Ambiente y Asuntos Marítimos de la Cancillería, don Waldemar Coutts, asistieron entre treinta y cuarenta representantes de la sociedad civil, la academia y el sector público (ya que el sector privado se reuniría al día siguiente). Tras las palabras protocolares, Andrés Pirazzoli, funcionario de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente tomó  la palabra, exponiendo en detalle el contenido del anteproyecto, que en síntesis consta de cinco pilares: mitigación, adaptación, construcción y fortalecimiento de capacidades, desarrollo y transferencia de tecnología, y financiamiento. En su exposición destacó la relación entre el MMA y Cancillería, la ambición del anteproyecto, que fija hitos a partir de 2018, es decir con anterioridad a la entrada en vigencia del acuerdo resultante de la COP de París y el diálogo permanente entre las acciones desplegadas por Chile en el plano nacional e internacional.  Asimismo, dio detalles sobre el proceso de consulta que finalizará con la aprobación del anteproyecto por parte del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, y las diferentes reuniones informativas que tendrían lugar a lo largo del territorio.
Tras la exposición, que duró alrededor de cincuenta minutos, se abrió una ronda de intervenciones y preguntas, en la cual nueve miembros del auditorio plantearon inquietudes principalmente en relación al contenido del documento, por ejemplo, el rol del sector forestal en mitigación, los aspectos de financiamiento y monitoreo de los objetivos y la exclusión de mención expresa a sectores como recursos hídricos, ciudades y transporte. Además se discutió en torno a cómo esta contribución se inserta tanto en las políticas climáticas que actualmente está llevando a cabo el MMA, como en las demás políticas públicas del país, especialmente en lo que dice relación con el crecimiento económico. Las respuestas vinieron de parte de Fernando Farías, Jefe de la Oficina de Cambio Climático, Pirazzoli, Angelo Sartori de Conaf y Javier Cordano de Cancillería.
Al finalizar la reunión, que duró alrededor de dos horas, y tras agradecer la presencia de los asistentes, se reiteró la invitación a participar de manera formal en el proceso de consulta pública, mediante el formulario disponible en la página web del Ministerio[1].
 
[1] http://portal.mma.gob.cl/consultacontribucion/

“Balance de Resultados COP 20-MOP 10. Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático”

 

Por Tania Guillén Bolaños. Delegada Internacional Red SUSWATCH Latinoamérica
milenio@humboldt.org.ni

 C O N T E N I D O : 

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“Líderes para el cambio con visión de sostenibilidad. ¿Cuáles deberían ser las posibles características de los líderes del futuro bajo el enfoque de sostenibilidad?”


Por Ing. José Duque Moreno
jose.duque76@gmail.com/joseduquemoreno.blogspot.com

Resumen: 
El resultado en la construcción y análisis de experiencias en la administración del talento humano tanto en la empresa como en las universidades, muestra que en América Latina necesitamos formar a un nuevo líder que impulse un verdadero cambio hacia la sostenibilidad. Este líder transformador debe ser un líder positivo, integrador, humano, auténtico, espiritual, ético, colaborativo, servidor y social. El líder al que nos referimos debe conocer y guiarse por los principios del desarrollo sostenible, estar consciente de la problemática social y ambiental, debe mostrar eficiencia en la gestión de la economía y en el uso de los recursos (naturales, humanos y materiales), ser respetuoso de los derechos humanos y orientado por principios éticos y de justicia. Dentro de esta definición enmarcamos la metodología objeto de la presente publicación, orientada para formar las competencias de los futuros líderes y fortalecer las de los jóvenes ejecutivos. Dichas fortalezas se basan en la capacidad para poner en práctica conceptos tan complejos como el desarrollo sostenible y el cambio climático, la responsabilidad social y el valor compartido. Ellos deben ser capaces de influir y motivar a otros para que el cambio suceda, deben saber relacionarse en ambientes multiculturales y complejos, ser críticos y cooperativos, crear tecnologías y procesos para minimizar los impactos humanos sobre la naturaleza y sobre las comunidades. Ellos deben tomar decisiones en escenarios de riesgos y aprender del éxito y de los errores. La cooperación entre los servicios de empresas de consultoría y la capacidad de la universidad es el elemento básico que ha mostrado éxito en el logro de los objetivos planteados.
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